Experiencia educativa

A lo largo de nuestra vida educativa nos encontramos con muchos maestros y profesores, todos nos aportan algo, en mayor o menor medida, pero solo unos pocos, 2 o 3, los tenemos siempre en el recuerdo como personas que de verdad nos han marcado.

En mi caso, para bien o para mal, tengo en el recuerdo a tres maestros de mi etapa del colegio y a un profesor de Historia e Historia del Arte en el instituto.

En primer lugar hablaré de Doña Petra, mi maestra en parbulos, una mujer a punto de jubilarse, con una forma de enseñar obsoleta y que no tenía estima por ninguno de sus alumnos. Con algunos amigos y compañeros fue especialmente dura, y esa actitud hacia ellos les ha marcado en toda su trayectoria académica lastrandoles.

Cuando llegamos a Segundo de Primaria nos empezó a dar clase Susana, una maestra joven que siempre nos trató muy bien a todos. Ella siempre ayudó a los alumnos que tenían problemas a la hora de avanzar con los contenidos y fue clave para que estos alumnos pudieran avanzar al mismo nivel que toda clase. Para mí la mejor persona y maestra que hemos tenido durante nuestra vida académica.

Durante los siguientes 4 años nos impartió clase Don Gregorio, que en paz descanse, un maestro también de avanzada edad y con una manera de enseñar bastante especial, pero seguramente será la persona que mas conocimientos nos ha enseñado. En los años posteriores de instituto, en la ESO, lo alumnos que fuimos con este profesor íbamos con un nivel muy alto y estos cursos no nos costaron demasiado esfuerzo. También decir que fue un profesor que hizo progresar a los alumnos que destacaban y dejó de lado a los alumnos a los que les costaba más.

Por último, en Bachillerato me encontré con el profesor que más pasión y mas ganas ponía a todo lo que explicaba, sus clases eran amenas y organizaba unas actividades muy interesantes. Este profeso se llama Jose Antonio, un hombre apasionado de la historia, muy inteligente, tolerante y que sabía llevarnos a los alumnos de una manera exquisita. Cuando fuimos de fin de curso a Roma, el nos acompañó, nos sirvió de guía por la ciudad y nos dejaba libertad, que, como según decía el, "es la mejor manera de conocer un país o una ciudad, no hay peor cosa que parecer turistas".

En conclusión, los mejores profesores, no tanto en enseñanza sino como educadores son los más jóvenes y los que han recibido una educación mas moderna.